miércoles, 7 de marzo de 2012

historia de la moda parte 2.

El Rococó, siglo XVIII

·Con la victoria de la Revolución Francesa sobre el "ancien régime", los cambios en el estilo del vestir son solo relativos. Las tendencias que desembocaron en el estilo Luis XVI, el abandono del barroco y el retorno a la antigüedad clásica, continuan su evolución acentuando de manera natural, las características que definirán posteriormente el estilo Imperio.
Caracterizada por una elegancia propia del barroco tanto en la forma como en la ornamenteción, el vestuario de mediados del siglo en adelante, continua utilizando, aunque con una presencia más discreta y austera, las telas suntuosas-seda, raso, brocado, terciopelo, encaje y muselina fina- Como las telas eran caras, las ropas se forraban para conservarlas mejor, porque se descosian y remodelaban varias veces.

Las señoras llevaban corpiños ajusados sobre unas faldas decorativas y amplias, abiertas por delante, llamadas guardainfantes. Dichas sobrefaldas se llevaban sobre unas enaguas muy elaboradas. Los escotes eran bajos, adornados con encaje o cubiertos con un pañuelo fino de algodón bordado o encaje y las mangas con volantes a juego, se ajustaban al codo. Predominaban los tonos suabes como el amarillo, rosa o celeste.

El pelo se recogia en un moño alto adornado con tirabuzones, aunque casi siempre iba cubierto con pelucas llamadas "pouf", que se epolvaban con harina. Las cofias de encaje y los sombreros de paja reemplazaron los gorros con frunces y volantes. Las señoras elegantes llevaban primorosos delantales de muselina.
Hacia 1770, los vestidos largos eran más elaborados, con muchos encajes y adornos. Las pelucas alcanzan unas dimensiones extraordinarias al estilo Mª Antonieta. Las mujeres llevaban una cinta en el cuello con un lazo o una flor, y ambos sexos usaban medias blancas y zapatos de tacón alto con hebillas y lazos.

Entre 1780 y 1790, en España fue muy popular el estilo "Goyesco". Las faldas se drapeaban en cestos y volvieron a estar de moda las pañoletas. Se usaban somberos enormes y redecillas adornadas de madroños, volantes y grandes lazos llamados carambas. Los peinados se suabizaron con bucles alrededor de la cara.

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