miércoles, 8 de febrero de 2012

Los años 20 marcaron la transición hacia una vestimenta más liberadora, olvidando el opresivo corsé, mezclando el estilo masculino con el femenino y reclamando figuras más estilizadas y relajadas. Las cinturas habían bajado, los trajes de baño habían encogido y los largos de las faldas se habían acortado. En resumen, había salido a la luz una mujer en una versión menos exclavizada, pero también más sensual.
A pesar de los cortes y las líneas más sencillas, la moda de los años 20 se caracterizó también por una imponente ornamentación en los accesorios y los materiales: tocados, pedrería, flecos, collares infinitos, lentejuelas, sedas y tules eran muy comunes en los trajes de fiesta del momento. Para el día a día, en cambio, se preferían los trajes tipo sastre, las gabardinas, los sombreros y los zapatos de salón de tacón bajo o un sucedáneo de las actuales bailarinas. 

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